En la mesa se habla espanglish. Están un cholo, un rapero y Miguel Ángel Suárez, a él le dicen Rumec.

Son tres mexicanos en un bar de Zona Rosa con un vaso de agua cada uno. Documentos y fotografías esperando a un costado.

La música suena a todo volumen y apenas empieza la noche. Hay tiempo para hablar sobre el futuro y los planes de negocio que incluyen una disquera, un sindicato de raperos, fruta o murales en edificios de la Ciudad de México para honrar a luchadores sociales. Y también de café.

Rumec y Malcolm-Latiff Shabazz en un restaurante de la Ciudad de México.

Miguel Ángel es un acapulqueño serio de barba cuidada que migró a Estados Unidos a los 14 años. Su vida ha dado giros inesperados que hoy lo tienen en México reinventando su vida y exportando café mexicano de pequeños productores por todo el mundo.

Nació en Guerrero, pero su infancia la pasó en Veracruz donde la familia se dedicaba a la pesca de camarones hasta que la empresa quebró y la familia se partió: mamá en Estados Unidos, papá en Acapulco, los hijos con la abuela en Veracruz. Una historia más de migración.

Pero Estados Unidos convirtió a Rumec en estudiante, obrero y activista social.

Su apodo es en realidad el nombre de la primera empresa que inició con un amigo ruso, Russian and Mexican Company, con la que importaban granito y remodelaban baños.

Café Rumec
El café que Rumec exporta a todo el mundo.

Su incursión en los negocios le permitió estudiar, acercarse a líderes políticos estadunidenses y gente de los barrios hispanos y así iniciar con grupos de apoyo para migrantes indocumentados que necesitaban empleo.

En esas andanzas conoció a Malcolm-Latiff Shabazz, nieto de Malcom X, su mejor amigo, con quien estuvo hasta el día de su asesinato en un bar de Garibaldi.

Por ese y otros motivos está en México con Rumec como empresa, pero bajo otro acrónimo: Revolucionarios Unidos Mexicanos en Combate.

Este grupo, que intenta trabajar como cooperativa, es un enlace comercial de unos 500 pequeños productores de café de Veracruz, Chiapas, Guerrero y Oaxaca con el mundo. Y van a buen paso.

Rumec también está involucrado en proyectos de impulso artístico en la Ciudad de México.

Recientemente logró entrar en la carta de la  cafetería Cosy Cafe, en Londres, y cada mes mandan 100 kilos de café a Chicago y otros 100 se van hasta Escocia.

Tal vez uno de sus contactos más impactantes es con Mutah Beale, ex miembro del grupo de rap Outlawz, del legendario rapero 2pac.

A Beale lo conoció cuando era activista en Estados Unidos, trabajando por los derechos laborales de comunidades vulnerables. Hoy hacen negocio en conjunto y el ex rapero incluyó producto mexicano en sus cafeterías MW, en Dubai.

Acá en México, Rumec y sus cooperativas firmaron un contrato de no agresión comercial entre pequeños productores y Café Los Portales, compañía a la que le venden su producto para que no existan intermediarios y, tanto empresa como productores, se beneficien del intercambio.

La filosofía de Rumec es el comercio justo

También trabajan con productores de fruta.

“Queremos desarrollar cadenas productivas y localizar mercados alternativos que paguen por la calidad del café y no por la cantidad”, dice.
Además de café, también trabajan con productores de fruta como el rambután y mango, pero entre manos tiene más planes.

El comercio justo es un inicio, pero el impulso artístico es necesario y lo hará a través del rap en la Ciudad de México y ya han hecho murales en honor a activistas mexicanos en la capital.

Entre el café, la fruta, la música y el arte, Rumec avanza y lleva a México a todo el mundo (en dos meses, él y sus socios viajarán a Omán a una reunión de negocios).

En la mesa, con el cholo y el rapero, Miguel Ángel Rumec, muestra fotos, documentos y hasta comprobantes de exportación para demostrar que todo es real.

Articulo del periodico DIERESIS: Rumec, el migrante acapulqueño que lleva el café de México al mundo